¿Funcionó o no Reactiva Perú?
Imagen: Gestión.
La primera fase de Reactiva Perú ha tenido un impacto positivo pero limitado sobre nuestra economía.
Sus resultados, tanto los positivos––tasas mucho más bajas de lo usual––como los negativos––exclusión de muchas MYPE, préstamos blandos a empresas que no lo necesitan e inclusión de empresas con irregularidades–– son los esperados dado su diseño final. No deberían ser una sorpresa. De hecho, llama un poco la atención que llame la atención.
Regresemos al origen. Ante la paralización abrupta y prolongada de la economía se produjo una aguda reducción de liquidez—las empresas incapaces de operar no generan flujo de caja. Para evitar que dicha iliquidez se transforme en insolvencia, el BCR propuso un programa de rápida inyección de dinero a la economía. La idea era garantizar la mayor parte de los préstamos––a 100% para las empresas más pequeñas––, de manera que las entidades financieras no arriesguen capital y se minimice el tiempo de evaluación crediticia.
Sin embargo, se redujo el porcentaje de garantía para empresas más pequeñas. Y el programa de inyección de liquidez se transformó en uno de crédito contra garantías públicas. Asimismo, se rebajó el tamaño máximo de los préstamos de tres meses de ventas promedio de 2019 a un mes. Por otra parte, restricciones adicionales que impusieron impidieron el acceso a la gran mayoría de las MYPE y se elaboró un proceso operativo complejo ––incluido el Fideicomiso en COFIDE–– que ralentizó la implementación. Nada de esto era lo que se necesitaba dada la paralización económica.
Errores de exclusión
El diseño de Reactiva Perú ya determinaba que la gran mayoría de las MYPE del país fuesen excluidas. Lo mencionamos cuando se lanzó a mediados de abril (https://hacerperu.pe/inclusion-de-las-mype-en-tiempos-de-crisis/). Los bancos grandes, los principales participantes, no tienen normalmente como clientes a las MYPE. Las entidades microfinancieras sí las tienen. Pero una buena parte de las microfinancieras no tienen acceso a la ventanilla de Reactiva con el BCR. Adicionalmente, restricciones al tipo de operaciones permitidas limitaron significativamente el abanico de clientes que las microfinancieras podían atender (como las microempresas informales). Una decena de Cajas Municipales, algunas Financieras y una Caja Rural participaron, pero el 98.8% del monto de garantías otorgadas (y el 91.2% de las operaciones) fueron a través de la Banca Múltiple.
Asimismo, en el tramo de las microempresa––el de 98% de garantía––, Reactiva solo asignó el 1.6% del monto total garantizado. No debe sorprender entonces que, pese a que el gobierno señaló que se apoyaría a aproximadamente 350 mil MYPE con Reactiva Perú, el total beneficiado a la fecha, poco más de 50 mil, es la séptima parte de esa cifra. Y representa solamente entre 2% y 3% de las MYPE del país.
Hay quienes señalan que el racionamiento era necesario pues los créditos deberían canalizarse solo a empresas solventes. ¿Acaso menos del 3% de la MYPE, aquella a la cual ha llegado el financiamiento de Reactiva, es solvente? El acceso a financiamiento puede ser la diferencia entre solvencia e insolvencia. De eso se trata precisamente una crisis de liquidez. Además, las MYPE están acostumbradas a pagar tasas de interés altas a sus prestamistas (formales o informales). Muchas pueden ser poco productivas y con un limitado potencial de crecimiento y acumulación, pero no necesariamente insolventes. Menos aún si pueden conseguir préstamos a tasas muy por debajo de lo usual.
Errores de inclusión
A la exclusión de las MYPE se ha sumado la crítica por entregas que sí se realizaron. Por un lado, se permitieron préstamos cruzados a empresas vinculadas a grupos económicos, tras una modificación expresa al programa después de haberse lanzado. Por otro lado, los filtros para identificar a empresas bajo investigación del UIF fueron insuficientes e inadecuados
Los errores de ejecución deben corregirse retirando la garantía cuando corresponda. Pero los de diseño no son imputables a las entidades financieras ni a COFIDE, y sólo podrán corregirse si Reactiva 2 llega a ver la luz.
No tiene sentido excluir a toda empresa grande del programa. Algunas requieren urgente liquidez dada la prolongada paralización y expectativas de menores ventas futuras. Peor aún si estan en sectores más golpeados. Sin embargo, es importante saber qué porcentaje de los créditos con garantía soberana fueron a empresas en verdaderos aprietos de liquidez y no a refinanciar préstamos existentes (a tasa más baja) de empresas que nunca dejaron de operar durante la cuarentena.
Errores de comunicación
Finalmente, hacen mal los defensores de Reactiva en intentar sobrevenderla. Da el mensaje (incorrecto) de que ya se cumplió, cuando la inmensa mayoría no ha tenido acceso. Una inyección de liquidez que llega fundamentalmente a las empresas más grandes y modernas desnivela la cancha y acentúa el dualismo productivo.
Sería mezquino no reconocer los méritos de Reactiva Perú. Ha inyectado oportunamente liquidez a la economía y lo ha hecho a tasas bajas gracias a un buen esquema de subastas implementado por el BCR. Pero es erróneo verlo como un éxito rotundo. No podemos proteger la cadena de pagos si dejamos que se rompa por el eslabón más débil.