noviembre 21, 2024

La mirada: Hambre

Foto: El Comercio.

Autora: Carolina Trivelli

Personas y familias peruanas vienen crecientemente enfrentando restricciones para acceder a la cantidad, variedad y calidad de alimentos que les permitan sostenerse con salud, desarrollarse, vivir. En el Perú hay hambre.

El lector puede pensar que exagero, pero no. En el Perú, que es un país megadiverso, productor de alimentos y cuna de una de las grandes gastronomías del mundo, millones de ciudadanos pasan hambre. No es que no haya alimentos: es que a las familias no les alcanza para comprar los suficientes. Desgraciadamente, esta situación no va a mejorar, o empeorará, ya sea por los desastres naturales que agravarán la situación, por las rebajas a las proyecciones de crecimiento económico o por la inacción frente a este problema.

El hambre puede verse desde varios ángulos y muchas veces nos distraemos con eso. La FAO dice que la mitad de los peruanos están en inseguridad alimentaria moderada o severa; es decir, que no saben si podrán alimentarse adecuadamente en los días o semanas que vienen. Desde el sector salud nos dicen que las cifras de malnutrición -desnutrición crónica, anemia, sobrepeso y obesidad, etc.- afectan crecientemente a los peruanos y las cifras recientes sostienen que estos indicadores empeoran.  Según el INEI, en el 2021, 4.1% de peruanos estaba en situación de pobreza extrema, 1.4 millones de personas. La pobreza extrema es la situación en la que si utilizo todo lo que tengo a mi disposición -ingresos, donaciones, transferencias, autoconsumo, etc.- solo para consumir alimentos no logro siquiera consumir la canasta básica alimentaria. Todos problemas de alguna medida asociados al hambre. Hablamos seguido de ellos -inseguridad alimentaria, malnutrición, pobreza extrema- pero poco del hambre.

Hace pocas semanas en el marco de una encuesta de opinión realizada por el Instituto de Estudios Peruanos -IEP- (ver ficha técnica) se consultó a las personas por su consumo de alimentos. Ya se había hecho lo mismo el año pasado y los resultados del 2023 solo muestran que estamos peor que en el 2022:

  • El 46% de encuestados respondió que, en los últimos tres meses, por falta de dinero u otros recursos, en su hogar, alguna vez se quedaron sin alimentos. En setiembre del año pasado esta cifra era 44% y en el 2012 -cuando el nivel de pobreza del país era igual que el del 2021- 17% dijo lo mismo. Estamos mucho peor que antes, y seguimos empeorando. En promedio, casi uno de cada dos se ha quedado sin alimentos por falta de recursos; en el Perú rural y en el nivel socio económico D/E, 6 de cada 10.
  • El 66%, dos tercios, de los encuestados señalaron que, ante el aumento de los precios (¡la inflación!), en los últimos tres meses, han tenido que reducir su consumo de alimentos (ver gráfico). Solo 7 de cada 100 peruanos, señala que ha podido mantener su consumo de alimentos sin problemas (en setiembre pasado esta cifra era 11%). En el nivel socio económico D/E, solo 4 % ha podido mantener su consumo de alimentos sin problemas, mientras que 50% ha tenido que reducir mucho su consumo alimentario.
  • Un 30% señaló que el día anterior a la encuesta en ninguna de sus comidas hubo carne, pollo, cerdo o pescado; 43% en el estrato D/E y 44% en el Perú rural. En el estrato A/B, 94% consumió alguna de estas carnes el día anterior.
  • El 40% de quienes consumen leche habitualmente señaló que, en los últimos tres meses, dejó de consumir leche en cinco o más oportunidades. El 80% se saltó el consumo de leche al menos una vez.
  • Las mujeres la están pasando peor. El porcentaje de mujeres que señala haber podido sostener su consumo alimentario sin problemas es 4% (vs 10% entre los hombres); el porcentaje que el día anterior no consumió carne es 25% entre los hombres y 35% entre las mujeres.

No nos distraigamos. Hoy hay hambre en el Perú. Hay muchos problemas asociados a la nutrición y al consumo de alimentos que hay que atender, pero todos ellos solo se agravan cuando se pasa hambre. Parece que no lo vemos, que no nos importa, que el gobierno no se entera. Las políticas de asistencia social hoy deben centrarse en atender este problema para no dejar solas a las familias y sus organizaciones -comedores, ollas, asociaciones, etc. a cargo del hambre.

Estamos fallando todos, el Estado, el sector privado y todos nosotros al no actuar, al permitir que millones de niños peruanos se acuesten hoy con hambre.

Artículo original publicado en El Comercio.