noviembre 21, 2024

Legado para la ciudad

En pocos meses nuestras ciudades inaugurarán nuevos alcaldes, vecinos como nosotros elegidos para administrar los recursos, servicios y espacios en los que desarrollamos nuestras vidas. El éxito de sus gestiones estará muy ligado al liderazgo y comunicación que tengan con sus vecinos, que, como cada uno de nosotros, materializan sus sueños y legados en las ciudades: la vivienda, los estudios, el ocio, el trabajo, y los emprendimientos; siendo que las municipalidades juegan un rol fundamental, pues son las encargadas de regular lo que se puede construir en los diferentes terrenos que conforman su jurisdicción.

En ese sentido, el deber del alcalde es poder generar los contextos regulatorios adecuados para que dichos proyectos se concreten, sin que afecten la calidad de vida del resto. Lamentablemente, este trabajo tan importante se ha venido desarrollando de muy mala manera, principalmente por el desinterés de nuestros políticos, para quienes la planificación urbana no es atractiva, dado que demanda tiempo y continuidad, y por intereses poco claros que capitalizan muy bien esta realidad, gestionando subrepticiamente cambios de zonificación que terminan afectando la vida de todos. Asimismo, el desborde de la informalidad en la generación de nuevo suelo urbano ha hecho que la titulación sea la única política de vivienda para los sectores más vulnerables, sirviendo muy bien como promesa de campaña y mejor como negocio para traficantes y mafiosos.

“El desborde de la informalidad en la generación de nuevo suelo urbano ha hecho que la titulación sea la única política de vivienda para los sectores más vulnerables, sirviendo muy bien como promesa de campaña y mejor como negocio para traficantes y mafiosos.”

Pero esta no es la manera como debemos seguir creciendo. La planificación urbana no sólo nos permite organizar y equilibrar la densificación y crecimiento, sino que aporta predictibilidad para las inversiones, e identifica las diversas obras de infraestructura que nuestras ciudades necesitan para garantizar los estándares mínimos de calidad de vida que la Constitución ha determinado. Es así como se identifican grandes predios con alto potencial de transformación, o donde los usos actuales han pasado a ser obsoletos o incompatibles con su entorno, y que bien podrían albergar nuevos desarrollos residenciales, comerciales y equipamentales. Dichas transformaciones demandan visión y liderazgo por parte de la municipalidad y sector privado, así como apertura para negociar su mejor y mayor desarrollo, siempre primando el bien común. En el caso de Lima, el Plan de Desarrollo Metropolitano al 2040 los ha identificado como Planes Específicos.

“La planificación urbana no sólo nos permite organizar y equilibrar la densificación y crecimiento, sino que aporta predictibilidad para las inversiones, e identifica las diversas obras de infraestructura que nuestras ciudades necesitan para garantizar los estándares mínimos de calidad de vida que la Constitución ha determinado.”

Tenemos grandes ejemplos del enorme beneficio de estas alianzas, generándose proyectos que no sólo han transformado su entorno, sino que se han convertido en símbolos de las ciudades. Como el Centro Rockefeller en Nueva York, Puerto Madero en Buenos Aires, o la plaza Gae Aulenti en Milán. Ninguno de estos conjuntos hubiera sido posible sin una negociación con la municipalidad y los vecinos, y no serían tan bien valorados si no hubieran aportado distinción, y nuevos espacios abiertos y públicos para el orgullo y disfrute de la ciudadanía.

“(La regeneración del suelo de la ciudad) demandan visión y liderazgo por parte de la municipalidad y sector privado, así como apertura para negociar su mejor y mayor desarrollo, siempre primando el bien común. En el caso de Lima, el Plan de Desarrollo Metropolitano al 2040 los ha identificado como Planes Específicos.”

En el Perú, la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible, las normas y los planes vigentes, nos permiten soñar hasta los límites de nuestra creatividad e interés, y los nuevos alcaldes, sobre todo los que dicen ser empresarios y pretenden gobernar sin el Ejecutivo, tienen la gran oportunidad de demostrar que con visión, liderazgo, transparencia y capacidad de innovación se pueden lograr grandes obras, en alianza con el sector privado, y con la participación y respaldo de todos los vecinos.

“Los nuevos alcaldes (…) tienen la gran oportunidad de demostrar que con visión, liderazgo, transparencia y capacidad de innovación se pueden lograr grandes obras en alianza con el sector privado, y con la participación y respaldo de todos los vecinos.”

Espero que en estos pocos meses que nos separan del inicio de sus gestiones, nuestros nuevos alcaldes tengan la inteligencia de buscar esas alianzas que nos demuestren que hemos elegido bien, y que nuestros empresarios vean en sus ciudades, aquellas en las que han construido y desarrollado su éxito, los mejores espacios para perennizarlo en grandes obras que les sumen valor, calidad y orgullo.

Original publicado en Urbanistas.lat