mayo 19, 2024

De la transformación del desierto a la transformación de las oportunidades de desarrollo de las personas

Entre el 2005 y 2014 la producción para la exportación de productos agrícolas modernos -certificados internacionalmente, con procesos productivos altamente tecnificados y protectora del medio ambiente- ha crecido más de cuatro veces la tasa anual de crecimiento del sector agrícola total ( Apoyo Consultoría). El desarrollo de la agro exportación en el país  es un ejemplo de que es posible crecer económicamente combinando, infraestructura, innovación, unión de esfuerzos y mucho trabajo. Entre el 2010 y 2016 la exportación de Frutas Frescas creció en 278%, y las proyecciones señalan que la tendencia va a seguir. Uno de los centros de exportación más importantes del país lo encontramos en la costa norte del Perú. Veamos un poco más de cerca qué está acompañando esta transformación del desierto.

Encontramos que el desarrollo de la agro exportación ha logrado incrementar la tasa de crecimiento del empleo formal a una tasa promedio anual de 6.6%. Asimismo, se encuentran mejoras en los ingresos, dinamizando con ello los circuitos laborales y las oportunidades a las que pueden tener acceso las siguientes generaciones de esos hogares que ahora acceden a un empleo formal.

Sin embargo, aún tenemos una tarea titánica por hacer. Quisiera llamar la atención sobre dos retos muy grandes que tenemos por delante. El primero, es el de desarrollar el agro en el Perú. Lamentablemente la agricultura moderna es solo una pequeña parte de toda la actividad agrícola en el Perú y poco conectada con el resto de la agricultura. Según la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú – AGAP, el total de superficie agrícola cultivada en el Perú es de 4.2 millones de Has, mientras que la dedicada a la agricultura moderna alcanza solo 160,000 Has, es decir, apenas el 4% del total. Este reto se convierte en urgente cuando encontramos que la agricultura se gana el penoso primer puesto en la mayor brecha de educación de sus trabajadores, el 70% de la PEA ocupada mayor de 25 años que se dedica a actividades agropecuarias no ha logrado culminar la educación básica, y quienes la concluyeron con serios problemas de pertinencia de su educación, especialmente en la secundaria; y consistente con ello, del total de pobres que trabajan, identificados en la última medición del INEI, el 54% se dedican a la agricultura. Como bien señala Carolina Trivelli “No hay desarrollo en el Perú sin desarrollo agrario. Pese a ello, el agro, salvo el exportador de la costa, es un sector pobre y olvidado.”

 

El segundo gran reto, que está directamente ligado al primero, es el de fortalecer las políticas públicas que pongan al centro de su interés a las personas, con una mirada integral y de largo plazo. Modernizar el agro es necesario, pero no es suficiente, por ello necesitamos urgentemente de políticas públicas eficacies y de unir esfuerzos con el sector privado. Veamos qué está pasando con las personas en la costa norte.

En la región La Libertad entre el 2010 y el 2015 el porcentaje de niños entre 6 y 36 meses con anemia se redujo en un poco menos de 13 puntos porcentuales, llegando en el 2015 al 34%. Es decir, uno de cada tres niños y niñas menores de 3 años sufre de anemia. Si exploramos las diferencias por nivel socioeconómico o lugar de residencia, encontramos que detrás de ese promedio preocupante ya, se esconden diferencias alarmantes. Los niveles de anemia en las zonas rurales del país alcanza al 54% de los niños y niñas menores de 3 años, y en los hogares que se ubican en el quintil de menores ingreso, la cifra llega al 55%. Estos números son tremendamente preocupantes porque el desarrollo de las potencialidades de las personas se da justamente en los primeros años de vida. Convirtiéndose en una de las principales causas de la desigualdad en el Perú. Continuando según el ciclo de vida, encontramos que el 60% de los alumnos de 2do grado de primaria en La Libertad todavía no logran las competencias básicas en comunicación. Esta situación lejos de mejorar a lo largo de los años en la escuela, empeora. El 85% de los más de 30,000 jóvenes que estudian el 2do de secundaria en La Libertad no alcanzan las competencias básicas en comunicación ¿Cómo podemos esperar una mejor convivencia entre nosotros si nuestros jóvenes están saliendo de las escuelas con serias deficiencias en sus capacidades básicas para comunicarse? La tarea que tenemos delante en materia de educación y desarrollo infantil es titánica.

 

A pesar de este panorama injusto, no debemos hundirnos en la depresión por los indicadores educativos y de salud, debemos aprovechar las oportunidades que se abren con el avance de la agro exportación y complementarlas con políticas públicas que permitan pasar de la transformación del desierto a la transformación de las oportunidades a las que acceden las personas. Hoy en día el sector privado invierte en la educación y salud de sus trabajadores porque de la calidad de la mano de obra depende su éxito, esto nos demuestra que hay espacios para trabajar juntos, público y privado, en favor de las personas.

Necesitamos darle a todos los niños y niñas la oportunidad de desarrollar todas sus potencialidades plenamente durante sus primeros años de vida, que después en la escuela y la formación superior puedan lograr las competencias y capacidades necesarias para alcanzar sus sueños. Necesitamos que los padres y madres puedan tener acceso a nuevas oportunidades de desarrollo profesional que les permitan dar un mejor entorno para el desarrollo de sus hijos. El gran cambio que estamos buscando es poder ofrecerle a todas las personas las herramientas necesarias para forjar su destino, necesitamos ofrecerle a todos una educación de calidad.

La dinámica de la agro exportación y la inversión pública nos demostró que es posible crecer donde nadie sospechaba, ahora toca unir esfuerzos entre el sector público, privado y la comunidad para seguir con el objetivo de dinamizar el desarrollo de las personas. Esta es una tarea que debe unirnos a todos, porque de ese futuro depende el porvenir de la comunidad, de la región y del país. La buena noticia es que esos esfuerzos conjuntos ya comenzaron, ahora toca evaluar, mejorar y escalar. Sí se puede